Para Javier Martin, "está bien bajar la inflación y un tipo de cambio estable, pero necesitamos políticas productivas"
Fue reelecto al frente de la Federación Industrial de Santa Fe. Competitividad, apertura de importaciones y caída del consumo son los temas que preocupan a los empresarios manufactureros.
Fue reelecto al frente de la Federación Industrial de Santa Fe. Competitividad, apertura de importaciones y caída del consumo son los temas que preocupan a los empresarios manufactureros.
El presidente de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Javier Martín, calificó de "excelente medida" la decisión del gobierno nacional de quitar las retenciones a las exportaciones industriales de una mayoría de productos porque la considera "una excelente medida que va en la dirección correcta de mejorar la competitividad de las exportaciones con valor agregado. Estamos esperando el listado final de las posiciones arancelarias involucradas, pero desde ya que es una medida que esperábamos hace tiempo y celebramos que se tome en estos momentos".
Javier Martín fue reelecto esta semana como presidente de la entidad gremial empresaria que nuclea a los industriales de la provincia, a la que conducirá los próximos dos años, en un contexto que describe como de "bastante difícil" por las presiones que tienen en los costos" con un tipo de cambio relativamente estable, pero en un nivel que complica mucho las exportaciones" porque tener un costo en dólares alto dificulta muchísimo el acceso a algunos mercados
El industrial local destacó el hecho de haber sido reelecto en una lista de unidad en una provincia muy diversa tanto geográficamente como sectorialmente. "Que tengamos una gremial empresaria unificada es importante, es un símbolo de madurez industrial. Nosotros siempre no tenemos ningún tipo de actividad partidaria, pero sí queremos discutir política industrial. Y en ese contexto tenemos que dividir nación, provincia y en muchos casos municipios", dice a días de haber sido reelecto en la conducción.
- ¿Cuál es la relación con cada uno de ellos?
-A nivel nacional tenemos que reconocer que veníamos de un proceso de normalización donde se puso en orden la macroeconomía, se redujo sustancialmente la inflación, se estabilizó el tipo de cambio. Era necesario y es muy beneficioso porque sienta las bases para repensar tu negocio y planificar desde otra perspectiva. Pero con eso solo no alcanza. Necesitamos una política productiva, que además de la estabilidad monetaria, macroeconómica, inflacionaria, de tipo de cambio, haya políticas públicas activas para promover la generación de nuevos productos. Porque la única manera de salir de la pobreza es con nuevos puestos de trabajo privados y bien pagos. Y para hay que generar políticas públicas que lo promuevan. Evidentemente hay muchísimas oportunidades en la industria del gas, petróleo, minería, bioenergía, energías renovables, agroindustria, industria del conocimiento. También es cierto que no todos ellos tienen un alto impacto en términos de empleo. Por eso no nos tenemos que olvidar de otros sectores que, en general, son más transables, por lo cual están más expuestos a la competencia internacional. Santa Fe tiene mucho, por ejemplo, en la metalmecánica, textil, calzado, mueble, donde nosotros vemos con mucha preocupación la apertura de las importaciones y sobre todo la apertura potencial a importar maquinaria usada, que no es solamente agrícola, también pueden hacerlo la alimenticia, línea blanca, producción de medicamentos.
¿Puede la industria santafesina competir en el contexto de apertura de importaciones que propone el gobierno nacional?
-La industria argentina y la santafesina están en condiciones de competir. Pero hay que dividir la competitividad puertas adentro, donde la mayoría de las industrias ha invertido muchísimo en nuevas maquinarias, tecnología, industria 4.0. Pero hay otra parte que es extramuros, que refiere a costos de logística, de capital, de ciencia y tecnología, presión tributaria, infraestructura. En un país tan extenso como el que tenemos, seguimos transportando en camión cuando tendríamos que utilizar mucho más el ferrocarril. Tenemos un sector informal muy alto con lo cual la presión real sobre el sector formal termina casi duplicándose.
-Decías al principio de la entrevista que la industria en la provincia es muy diversificada, con sectores muy competitivos como el complejo soja y la de maquinaria agrícola; otros sectores que lo son bajo determinas condiciones como el automotriz y el siderúrgico Y otras que son mercados internistas.
¡Se puede hacer un diagnóstico de cómo están cada uno?
La única salida para generar divisas en la exportación y en ese sentido Santa Fe es una provincia que tiene muchas industrias exportadoras, pero se necesitan condiciones de competitividad. El tipo de cambio es importante, no es la única, pero que este relativamente estable con una inflación en pesos que crece más que la divisa genera un aumento de los costos en dólares. Eso explica gran parte de la caída en las exportaciones, sobre todo las de mayor valor agregado una tonelada de maíz tiene un valor determinado, pero transformada en una tonelada de cerdo el valor agregado es mucho más alto, y si a ese cerdo lo transformas en un embutido, en un salamín, por ejemplo, es muchísimo más alto a tal punto que hoy un kilo de salamín cuesta más que un kilo de Toyota. Y las realidades sectoriales son diferentes. Por ejemplo, hay temas de escala que son difíciles de compensar. En la industria automotriz, Brasil tiene una escala muy superior a nosotros, han recibido inversiones muy importantes mientras que en Argentina vienen de muchos años de complicaciones por no poder pagar las importaciones, hay un régimen de compensación que no siempre funcionó bien, ahora se abrió la importación de 50.000 autos eléctricos, y es como todo, creo que está muy bien traer tecnologías que nosotros no tenemos porque es una forma de aumentar tu stock de productividad. Lo que nos preocupa es la importación de cosas que vos ya tenemos y ni te digo si es usado u obsoleto.
- ¿Y las orientadas al mercado interno?
-Han venido sufriendo la evolución (involución) del salario real, una mezcla de sectores formales, informales y jubilados que se puede ver en los índices de consumo, del comercio, que todavía no ha despegado. En la industria hemos tenido una caída importante en el primer semestre del año anterior, que se fue de a poquito recuperando y desde enero es como que estamos en una meseta, lo que nos preocupa porque, sobre todo las pymes, que ya expulsó algo de mano de obra, no puede continuar mucho tiempo con estos niveles. Hoy se está usando menos del 60% de la capacidad instalada, por lo que algo hay que hacer en algún momento. Hay que tener presente una cosa. Desarrollar la minería es muy importantes, pero en total puede llegar a generar 80 mil puestos de trabajo y en el último año ya perdimos más de 124 mil empleos privados. Después hay que ver que por el tema de RIGI si todos esos dólares vienen a Argentina porque las empresas tienen libre disponibilidad, con lo cual pueden cobrar en una cuenta en el exterior sin traerlos al país.
-Enumeras algunos de los sectores más dinámicos del modelo económico actual como la energía, la minería, el gas, el petróleo, que están lejos de la provincia. ¿Cómo achicar la distancia para subirse a ellos?
-Creo que es una gran oportunidad para la industria de santafesina vincularse con esos mercados. Eso va a demandar reconvertir algunas producciones para adaptarse a lo que demandan. No es fácil, eso implica en algunos casos un salto tecnológico, pero muchas otras veces es generar certificaciones o sistemas de gestión que hoy no están. Fisfe ahí está haciendo un gran trabajo con la provincia en la Mesa del gas, petróleo y minería. De hecho, estamos ahora proponiendo generar una especie de academia de empresas productoras para ayudar a que se vayan formando, certificando, capacitando porque no es fácil acceder a esa gran industria. Es una enorme oportunidad y a su vez es un gran desafío porque esas empresas son muy grandes y en general también te hacen competir con importaciones de China, India, Turquía, Brasil, en donde muchas veces lo haces en desigualdad de condiciones, por el costo país del que hablábamos anteriormente.
-Acá es donde se necesita nivelar la cancha, como vienen pidiendo desde hace tiempo.
-Nosotros vemos un enorme riesgo en el timing, o sea, entre el tiempo en el que abren las importaciones para fomentar la competencia, que es razonable, con el tiempo que lleva corregir las diferencias estructurales que tenemos en Argentina, que son entre 4 y 5 años. Si las abren mañana, fuerzan a que las empresas argentinas salgan a la cancha con la mochila del costo argentino a competir contra un importador que muchas veces tiene otros costos laborales, otra legislación. Ya hemos vivido en el pasado este tipo de procesos y sabemos que genera desempleo estructural en un sector que es muy virtuoso, que genera empleo registrado con salarios que están 30% por arriba del promedio. Perder esos empleos duele muchísimo y empobrece a la economía porque quien lo pierde deja de consumir en una economía donde el 80% del PBI lo genera el mercado interno.
-Respecto de las medidas que toma el gobierno nacional, Tanto Fisfe como UIA hablan de medidas inconsultas. ¿Cómo es la relación con el gobierno nacional? ¿Ustedes creen que no los escuchan, no los entienden? ¿Es ideológico?
-Tenemos buen diálogo con los niveles técnicos del gobierno nacional a través de la UIA, pero hay un gap importante con los niveles políticos, donde se toman las decisiones. Muchas veces los niveles técnicos no tienen poder de decisión y ahí estamos notando que falta un poco más de consensos. No sé si es un tema ideológico, puede ser desconocimiento, porque creo que si visitaran más nuestras industrias se darían cuenta que hay un sector que es innovador, que genera mano de obra, que invierte, de hecho, la mayor parte de la inversión en Argentina fue inversión privada pyme. Puede haber algo de desconocimiento, no es cierto que la industria sea prebendaria, que está acostumbrada a la protección puede haber casos, pero en general la mayoría de los industriales les gusta competir, producir, incorporan tecnología, compran maquinaria.
-Te preguntaba por el tema ideológico porque aún en un contexto mundial donde los países se cierran, se protegen a sí mismos, acá plantean todo lo contrario.
-Nos cuesta mucho entender ese proceso porque el mundo está funcionando completamente diferente, está promoviendo la renacionalización de los procesos productivos y la reindustrialización de sus economías porque se dieron cuenta que con el proceso de globalización llevaron muchas producciones al sudeste asiático que terminó en una precarización del empleo nacional, con algunos sectores que fueron incorporados por actividades de servicio, pero con salarios diferentes, lo que a la larga terminó empobreciendo a la economía en general . Creo que la mayoría de los bloques económicos comprendieron que hay dos colectivos, el consumidor y el trabajador. Mientras el colectivo consumidor dice, ¿por qué vamos a pagar más un producto si le podríamos importar a menor costo?, el trabajador dice "si importas, nos quedamos sin empleo. Y si nos quedamos sin empleo, va a haber menos gente que consuma. Entonces, hay que proteger el empleo. Queda claro que no podés importar todo o nada, tiene que haber un equilibrio. Hoy la prioridad a nivel mundial es la protección del empleo local y en ese sentido vemos con preocupación el proceso de apertura que estamos siguiendo en Argentina en donde parece que vamos a contramano está haciendo el mundo.
- ¿Cómo es el vinculo con el gobierno nacional?
-Tenemos un vínculo muy fluido con los ministerios de Desarrollo Productivo, Trabajo, Educación y Medio Ambiente. Y Desarrollo Productivo que incorpora también, no solamente industria, venimos trabajando muy bien. Por supuesto, hay cuestiones en donde hemos avanzado muchísimo, otras cuestiones en donde se avanzó un poquito menos y cuestiones que siempre están pendientes de resolución. Pero el diálogo es fluido y hemos tenido respuestas a mucho de lo que solicitamos, aunque queden cuestiones pendientes de resolver como el de la energía eléctrica, donde entendemos que tiene que haber un marco regulatorio y un órgano de control para establecer cuáles son las reglas de juego, al que también este subordinado la EPE. Hoy no lo tenemos y se generan situaciones complicadas porque el único camino es ir a discutir con la propia empresa.
- ¿Recibieron muchas dejas por el aumento último de la energía eléctrica?
Sí, el incremento en los costos para la industria ha sido muy importante. También estamos cuestionando seriamente el cargo por ampliación de demanda, que es un cargo administrativo que se le aplica a todo el que quiera ampliar su capacidad productiva, que es lo que entendemos debería promoverse. Si además de cobrarte las obras de infraestructura complementarias, te aplican un cargo administrativo que en algunos casos implican pagar 100 millones o 130 millones de pesos, entendemos que debería reverse. De la misma manera te digo que vemos con muy buenos ojos toda la ampliación de la red de gasoductos porque el gas es un insumo crítico para la industria y algunas obras de infraestructura como la de Los Polígonos en un contexto donde la Nación no está desarrollando obras públicas, por lo que es muy meritorio lo de la provincia.
-La industria genera uno de cada cuatro empleos, paga salarios 30% por encima del promedio, explica el 30% de la recaudación nacional, en Santa Fe entre las MOA y las MOI suman el 90% de las exportaciones de la provincia. ¿Por qué de vez en cuando vienen gobiernos anti-industria que los atacan y la sociedad no los defiende?
-Creo que hay una gran labor que debe realizar la dirigencia gremial empresaria industrial para mostrar lo que hacemos, que somos parte de la sociedad, que damos trabajo, que generamos valor agregado. No hay pueblo de la provincia de Santa Fe que no tenga una industria y eso genera territorialidad porque la gente no necesita irse para trabajar. Históricamente el industrial no ha sabido comunicar su labor, trabaja puertas adentro. Quizás muchas veces promueve el producto para los consumidores potenciales, pero pocas veces hemos tenido campañas de comunicación, de difusión, de lo que aporta la industria a la comunidad. En otros países como Brasil, por ejemplo, la sociedad está orgullosa de la industria. Nosotros todavía no alcanzamos ese estadio. Sí lo alcanzó el campo. Creo que es uno de los puntos sobre los que tenemos que trabajar las gremiales empresarias industriales para mostrar toda la contribución que hacemos.
FUENTE: El Litoral